El Impuesto al Valor Agregado (IVA) es un pilar en la contabilidad de cualquier negocio. La mecánica es simple: al IVA que le cobras a tus clientes (trasladado), le restas el IVA que pagas en tus gastos (acreditable), y solo enteras la diferencia al SAT. Sin embargo, para que ese "IVA acreditable" de tus compras sea válido, debe cumplir con tres requisitos de oro.
1. Que el Gasto sea Estrictamente Indispensable. No puedes acreditar el IVA de tus compras personales. El gasto que origina el IVA debe estar directamente relacionado y ser necesario para la operación de tu negocio. Si el gasto no es deducible para ISR, el IVA correspondiente tampoco será acreditable.
2. Que el Gasto Esté Efectivamente Pagado. Este es un punto crucial. El IVA solo se puede acreditar en el mes en que la factura fue pagada, no simplemente recibida. Si tienes una factura a crédito (PPD), no podrás acreditar ese IVA hasta que la liquides y tengas en tu poder el Comprobante Fiscal (CFDI) con su Complemento de Recepción de Pagos (REP).
3. Que el IVA Esté Desglosado en un CFDI Válido. El impuesto debe venir expresamente separado y detallado en la factura que te emite tu proveedor. Si el IVA no está desglosado o si el CFDI es inválido o fue cancelado, no tienes el soporte para acreditarlo. Verificar cada factura es fundamental.