Hoy termina julio, y aunque la declaración de este mes se presenta hasta agosto, el trabajo de un contador proactivo comienza ahora. El primer paso, y el más fundamental para un cumplimiento sin fisuras, es la conciliación de los ingresos: comparar lo que dicen tus CFDI emitidos contra lo que realmente entró en tu cuenta bancaria.
¿Por qué es tan importante? Porque es exactamente lo que hacen los robots del SAT. La autoridad fiscal tiene acceso a la información de tus facturas emitidas y a los reportes de depósitos que envían los bancos. Cuando sus sistemas detectan que los depósitos en tu cuenta son mayores a los ingresos que facturaste y declaraste, se enciende una alerta de discrepancia fiscal.
El proceso es metódico. Descarga el total de CFDI que emitiste en julio y, por otro lado, tu estado de cuenta bancario del mismo mes. Compara cada depósito recibido contra una factura emitida. El objetivo es que no quede ningún depósito "huérfano" o sin una explicación válida.
Durante este proceso encontrarás las discrepancias más comunes: depósitos que son préstamos, aportaciones de socios o pagos de facturas PPD de meses anteriores. Tu trabajo es documentar cada uno de estos casos con contratos de mutuo, actas de asamblea o los CFDI con complemento de pago correspondientes. Hacer esta conciliación el día uno del mes te da tiempo de sobra para ordenar tu información y evitar cualquier cuestionamiento del SAT.